la anemia


LOS ÚLTIMOS CINCO AÑOS A NIVEL NACIONAL
SOBRE LA ANEMIA
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https://www.pqs.pe/sites/default/files/escritorio/pqs-ninos-con-anemia2.jpgAlarmante. En el Perú, la anemia sigue siendo un grave problema de salud pública, pues 4 de cada 10 (44.4%) niños de 6 a 35 meses la padecen, según los resultados de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes) realizada durante el primer semestre de 2017, siendo el combate contra esta afección una de las principales metas pendientes del Ejecutivo. Estos resultados muestran algo preocupante: que la cifra de infantes con este mal no se ha reducido respecto al 2016 (43,6%) y al 2015 (43,5%). (Ver cuadro)
Cabe indicar que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cuando la anemia en niños menores de 5 años es superior al 40% en el promedio nacional, estamos ante un problema de salud pública. En el Perú, durante los últimos diez años, la proporción de anemia ha sido mayor al 40%.

UN TEMA DE SALUD PÚBLICA
La anemia es una enfermedad que se presenta cuando la hemoglobina en la sangre disminuye por la deficiencia de hierro en el organismo (este elemento se encuentra en alimentos como el pescado, la sangrecita de pollo y el hígado). Afecta principalmente a gestantes y niños menores de 2 años, comprometiendo a, largo plazo, su desarrollo y habilidad para el aprendizaje. Cabe indicar que el año 2010 registró el mayor índice de anemia infantil a nivel nacional (50.3%). (Ver cuadro)
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UN PROBLEMA DE VARIOS AÑOS
https://www.pqs.pe/sites/default/files/escritorio/pqs-anemia-en-regiones_0.jpgDe acuerdo a la investigación estadística ejecutada por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), la anemia está presente en las zonas rurales y urbanas, y en las tres regiones naturales del Perú. Sin embargo; la Amazonía es la zona donde la prevalencia de esta enfermedad va en crecimiento. (Ver cuadro)
EN LAS REGIONES
Según este reporte del INEI, las regiones que presentan una mayor proporción de este mal son Puno (75,9%), Loreto (61,5%), Ucayali (59,1%), Pasco (58%) y Madre de Dios (57,3%).
REDUCCIÓN DE LA ANEMIA: UNA META QUE NO SE HA CUMPLIDO
En abril del 2017, el gobierno del entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski –a través del Ministerio de Salud (Minsa)– publicó el “Plan nacional para la reducción de la anemia (PNRA) al 2021”.
El documento proponía como objetivo principal que hacia el año del bicentenario (2021) la anemia infantil se debía reducir a un 19%. Para el 2017, se proyectó como meta que pasara de 43,6% a 37,9%. No obstante, los resultados de Endes demuestran que esto no se ha cumplido.
Los índices de anemia en el Perú no solo son muy altos, sino que casi no bajan, lo que habla de una dificultad muy grande del Estado para organizar una estrategia efectiva. En los últimos cuatro años, por ejemplo, el porcentaje casi no se ha movido. Oscila entre un 43.5 y 43.6% de niños entre 6 y 35 meses con anemia, lo que sin duda es muy preocupante para el desarrollo de esos niños y del país.
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Pero no es imposible. Al final del gobierno de Alan García, el 2011, bajo la batuta del ministro Luis Carranza en el MEF, gracias a la metodología de presupuestos por resultados que se implantó en ese momento y que suponía un monitoreo muy preciso de los programas estratégicos y un esfuerzo de coordinación interministerial muy grande, se logró reducir la anemia a un 41.6%. “Lamentablemente desde el gobierno de Humala se desmanteló todo por razones políticas”, nos dijo Carranza.  En el siguiente gráfico podemos notar el retroceso:
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Sin embargo, podría ser que estemos nuevamente recuperando la capacidad de enfrentar el problema, porque si bien la cifra del 2018 es similar a la del año anterior, en el segundo semestre la anemia cayó 5 puntos en relación al primer semestre de ese año, como podemos ver en el siguiente gráfico:
https://www.lampadia.com/assets/uploads_images/images/a3-web%286%29.jpgFuente: Perú; Indicadores de resultados de los programas Presupuestales 2013-2018, Endes, INEI
En la medida en que ese no es un patrón regular, podríamos suponer que se debió a las políticas aplicadas luego de aprobar, el 2 de julio del año pasado, el Plan Multisectorial de Lucha contra la Anemia que articula las acciones de 15 ministerios, regiones y gobiernos locales, y que cuenta con una Secretaría Técnica y un Observatorio de Anemia a cargo del MIDIS. 
https://www.lampadia.com/assets/uploads_images/images/a4%2834%29.pngVeamos. Un elemento clave en la lucha contra la anemia son los suplementos de hierro. El informe del INEI “Indicadores de resultados de los programas Presupuestales 2013-2018, Endes”, muestra que el porcentaje de niños y niñas de 6 a 36 meses que consumió suplemento de hierro subió casi 4 puntos en el segundo semestre, lo que podría entonces ser parte de la explicación de la mejora de los índices de anemia ese mismo segundo semestre.

CUADRO Nº 18B: PORCENTAJE DE NIÑAS Y NIÑOS DE 6 A 35 MESES QUE CONSUMIERON SUPLEMENTO DE HIERRO EN LOS ÚLTIMOS 7 DÍAS, SEGÚN SEMESTRE Y ÁREA DE RESIDENCIA, 2013-2018
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Fuente: Perú; Indicadores de resultados de los programas Presupuestales 2013-2018, Endes, INEI
Pero el año anterior, el 2017, también registró un incremento (aunque menor) en el porcentaje de niños que consumió suplemento de hierro en el segundo semestre, y sin embargo esto no se reflejó en una disminución apreciable de la anemia en ese periodo.  Entonces, o la estadística no es muy confiable o el incremento el hierro no se consume todos los días de la manera adecuada. Es esto último, porque cuando vemos la evolución de los últimos 6 años (ver siguiente gráfico) constatamos que el porcentaje de los que consumen suplemento de hierro viene aumentando, pero sin que la anemia caiga (lo mismo ocurre con e CRED – ver anexo). Las madres no lo dan a sus hijos todos los días. 
Vemos también, además, que es relativamente bajo el porcentaje de infantes entre esas edades que recibe suplementos de hierro. Es el 31.3% a nivel nacional, cuando la anemia está por encima del 43%. Es decir, la cobertura es todavía insuficiente (aunque ese 31.3% es en realidad más porque los niños no deben consumir el suplemento ininterrumpidamente sino descansar 6 meses después de 12 meses de ingesta). Pero cuando se desagrega por edades, se ve que un 55% de los infantes que tienen entre 6 y 8 meses reciben suplementos, lo mismo que casi un 54% de los que tienen de 9 a 11 meses, reflejando probablemente la decisión estratégica del gobierno a partir del segundo semestre del año pasado de centrar la campaña en los niños menores de un año.  
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La tarea no es sencilla porque ahora se ha incorporado también a los niños de 4 meses, a los que se les da gotas de fierro. El asunto es así: la madre de un bebe de 4 meses recibe en la posta médica un gotero que debe durar un mes, pero luego hay que asegurarse de que le administre las gotas. Luego, a los 6 meses de edad, se les hace un tamizaje: al que tiene anemia se le da un jarabe y al que no tiene anemia una bolsita de micronutrientes, que también hay que asegurarse que lo consuman todos los días.
Según el Dr. Gustavo Rosell, responsable de la lucha contra la anemia en el ministerio de Salud (MINSA), a noviembre 2018 el 62.3% de niños de 12 meses de edad con anemia habían iniciado su tratamiento a nivel nacional. Esa cifra podría ser compatible con el 55% que da el INEI, porque este último porcentaje es un promedio anual. Esto habría sido consecuencia de las 6 Jornadas masivas contra la anemia que realizó el MINSA el año pasado. El siguiente gráfico, elaborado por el MINSA, muestra como el tratamiento de la anemia (gotas o jarabe) mejoró significativamente el 2018, particularmente en el segundo semestre:
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VISITAS DOMICILIARIAS SEMANALES SON CLAVE
Según Rosell, 54% de estos niños con anemia recibieron el año pasado alguna visita domiciliaria, lo que es importante porque el problema que se presenta es que las madres reciben las gotas o el jarabe (o los micronutrientes) y no siempre se lo dan a sus hijos o no lo hacen con la frecuencia debida. Por eso, las visitas a domicilio de los promotores por lo menos una vez por semana son clave, y no es fácil porque suponen un gran despliegue de personas capacitadas en el terreno, que es lo que no ha estado ocurriendo en años anteriores.
El MINSA informa que el año pasado, sobre todo en el segundo semestre, se llevaron a cabo más de 29 mil visitas domiciliarias en 26 distritos de Lima Metropolitana (que es responsabilidad directa del MINSA) a través de agentes comunitarios de salud, estudiantes de salud y personal del ejército peruano. Hay que tomar en cuenta que hay muchos más niños con anemia en las ciudades que en el campo: según el MIDIS, hay 520,172 niños de 6 a 35 meses con anemia en todo el país, de los cuales 376,397 están en las ciudades y solo 143,775 en el medio rural. (Nótese que, para el MINSA, sin embargo, hay 602,443 niños entre esas edades con anemia).
Nelly Huamaní, Coordinadora Nacional de la Lucha contra la Anemia del MIDIS, nos refiere, además, que en el segundo semestre pasado se intensificó el servicio de acompañamiento familiar en el domicilio que brinda Cuna Más, y que alcanza a 100 mil niños de las zonas rurales.  Fuera de eso, el MIDIS ha movilizado a 220,000 “líderes comunitarios”, que en realidad son todos aquellos vinculados a los programas sociales, como las socias de los comedores, los integrantes de los comités de alimentación de Qali Warma en los colegios, las señoras que atienden las Cunas, los gestores de Juntos y los Vachachik. Todo este ejército de personas recibe, por ejemplo, mensajes de texto en sus celulares a través del programa MIDIS Te Recuerda, con indicaciones en todos los temas vinculados a la anemia.
Este año el esfuerzo se profundizaría. El Ministerio de Economía destinará 50 millones de soles a 865 municipalidades distritales para que estas, junto con el MINSA, seleccionen, contraten y paguen a promotores que realicen las visitas domiciliaras. Generalmente son madres y lo que reciben es en buena cuenta una propina.
PAPEL DE LOS ALCALDES
Entonces es importante supervisar que todo ello se haga y en eso el papel de los alcaldes es clave. El plan pretende movilizarlos para que exijan a las distintas entidades, públicas y privadas, que cumpla cada una la tarea que les toca. Por ejemplo, que el primer nivel de atención de Es salud y los establecimientos privados hagan control de anemia y entreguen los suplementos, pues en lugares como Lima esos sectores atienden al 50% de la población (en el interior mucho menos).  También deben supervisar que los propios establecimientos del sector Salud estén haciendo los controles, visitando las casas y entregando los suplementos. Los alcaldes incluso pueden destinar recursos adicionales a los que recibirán del MEF o generar voluntariado para las visitas a las casas.
Y también que los colegios estén cumpliendo su parte, porque el ministerio de Educación ha dispuesto incluir el tema de la lucha contra la anemia en el currículum y se han programado unas “Semanas de la Lucha contra la Anemia” en la primera semana del mes de abril y la primera semana del mes de diciembre. En esas semanas los profesores desarrollan proyectos junto con los alumnos sobre cómo prevenir la anemia. Según el Dr. Rosell, el MINSA está trabajando “un plan conjunto con MINEDU para ofrecer mensajes que promuevan la prevención y reducción de anemia en los niños que cuentan con hermanos menores de 3 años”.
Lograr que los alcaldes supervisen que todos cumplan su papel comienza por lograr que los mismos alcaldes tomen conciencia del problema y sepan cuál es el índice de anemia en sus distritos y se propongan metas de reducción. Para ese efecto, el MIDIS tiene en su página web un portal con toda la información respectiva distrito por distrito, donde entre otras cosas figura exactamente qué porcentaje de anemia y desnutrición hay en cada circunscripción territorial.   El presidente de la República podría jugar aquí un papel de liderazgo para fomentar una competencia entre las municipalidades del país premiando a las que avanzan más rápidamente en la reducción de la anemia, y llamando la atención a los alcaldes indolentes. Podría darle la forma de una gran cruzada nacional, que sin duda le ayudaría a reposicionarse en la opinión pública.
De hecho, el MIDIS otorgó el año pasado incentivos no monetarios (el Sello Municipal, una suerte de certificación) a más de 600 gobiernos locales que cumplieron con la meta de incrementar las sesiones demostrativas sobre preparación de alimentos ricos en hierro, en las que participaron 57,415 familias. En esos casos la municipalidad compra los alimentos y el personal de Salud hace la sesión demostrativa, enseñando a preparar platos a base de sangrecita o de hígado, por ejemplo.      
El MIDIS ha recogido experiencias de alcaldes han aplicado planes exitosos de lucha contra anemia, que incluyen capacitación en el consumo de agua y lavado de manos, por ejemplo, en un librito que ha sido distribuido a los nuevos alcaldes, con la idea de infundirles voluntad política.
EL AGUA SEGURA
El tema de agua es clave. Si el agua no es limpia, las enfermedades diarreicas anulan cualquier suplemento ferroso que se dé.  Hay un Fondo de Estímulo al Desempeño que promueve la asistencia técnica de los gobiernos regionales a los gobiernos locales para el mantenimiento de los sistemas de agua, que suele ser un desastre. Se intenta que las Juntas de Administradoras de Agua municipales establezcan metas para mejorar el mantenimiento. El sector Salud, por su parte, realiza la capacitación en el hogar, aprovechando las visitas domiciliarias. También por medio de la radio. Sólo el 2% del agua en el medio rural es clorada. Hay que hervirla, pero cada 6 horas, porque luego de 6 horas se vuelve a contaminar.



LOS ÚLTIMOS CINCO AÑOS A NIVEL INTERNACIONAL
SOBRE LA ANEMIA
Anaemia



El 29 de junio de 2015, la Organización Mundial de la Salud compartió la Prevalencia mundial de la anemia en 2011. El documento describe la estimación global de la prevalencia de la anemia en niños en edad preescolar (6-59 meses), mujeres en edad reproductiva (15-49 años), por estado del embarazo, por región y por país.
Las estimaciones de la prevalencia de la anemia fueron elaboradas por el Grupo de Estudio Modelo de Impacto en Nutrición (NIMS) para la anemia, una colaboración entre la OMS y la Escuela Imperial de Londres, Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte (RU). El estudio estuvo respaldado por la Fundación Bill y Melinda Gates y el Consejo de Investigación Médica del RU.
El documento sirve como recurso para calcular la prevalencia de referencia de la anemia en mujeres en edad reproductiva y así trabajar para alcanzar los Objetivos Globales de la Asamblea Mundial de la Salud. El segundo objetivo global es reducir un 50 % la anemia en mujeres en edad reproductiva, como se detalla en el Plan de Implementación Exhaustivo de Nutrición de la Madre, el Lactante y el Niño Pequeño, aprobado por la 65° Asamblea Mundial de la Salud, en la resolución AMS65.6.
La anemia, es definida por la Organización Mundial de la Salud, como una condición en la que el número de células rojas de la sangre, o de su capacidad de transporte de oxígeno, es insuficiente para satisfacer las necesidades fisiológicas, que varían según la edad, el sexo, la altitud, el fumar, y el estado de embarazo.
La causa más común a nivel mundial de esta enfermedad, indica la OMS, es “la deficiencia de hierro, aunque otras condiciones, tales como las deficiencias de ácido fólico, vitamina B12 y vitamina A, la inflamación crónica, infecciones parasitarias y enfermedades hereditarias pueden todos causar anemia”.
Es la segunda causa mundial de discapacidad y uno de los problemas más graves de salud pública mundial, que afecta a más de la mitad de los niños en edad preescolar y mujeres embarazadas.

ACERCA DE LOS OBJETIVOS GLOBALES DE LA AMS 2025

Estos objetivos globales fueron aprobados para mejorar la nutrición de madres, lactantes y niños pequeños en la Resolución 65.6 de la Asamblea Mundial de la Salud 2012. Los objetivos son fundamentales para identificar las áreas prioritarias para la acción e impulsar un cambio global. El conjunto de seis objetivos globales de nutrición centrales apunta a lograr lo siguiente para el 2025:
·         reducir un 40 % el número de niños menores de 5 años con retraso en el crecimiento (altura insuficiente con respecto a la edad);
·         reducir un 50 % la anemia en mujeres en edad reproductiva;
·         reducir un 30 % el bajo peso al nacer;
·         garantizar que no haya un aumento en el sobrepeso infantil;
·         aumentar el índice de lactancia exclusiva en los primeros seis meses hasta al menos un 50 %;
·         reducir y mantener la emaciación infantil en menos del 5 % (peso insuficiente con respecto a la altura),
En la 68°Asamblea Mundial de la Salud en 2015, se acordaron los indicadores para medir la nutrición entre las madres, los bebés y los niños pequeños.

La anemia como síntoma de otra enfermedad o como patología en sí misma es un motivo de consulta frecuente, tanto al pediatra como al especialista en hematología pediátrica. Es vital tener en claro los valores normales de acuerdo a la edad.
Se define anemia en pediatría como el descenso de la masa de glóbulos rojos: hemoglobina y hematocrito por debajo de los 2 desvíos estándar, de la hemoglobina media normal, adaptado a sexo y edad, existiendo algunas diferencias de acuerdo a la altitud y ciertas condiciones raciales.
Sus causas son multifactoriales, pero en general se encuentran relacionadas a la pobreza, falta de desarrollo, malas condiciones económicas, escasos ingresos per cápita, desnutrición, etc.
Hay diferencias regionales y geográficas y se asocian condiciones étnicas como prevalencia de hemoglobinopatías hereditarias, infecciones intraeritrocitarias como la malaria y la infestación con parásitos intestinales.

MÁS SOBRE:  ANEMIA
En el mundo hay unos 842 millones de personas que no disponen de una alimentación suficiente para cubrir sus necesidades energéticas mínimas para llevar una vida activa y saludable, y en América Latina y el Caribe los trastornos por déficit de micronutrientes persisten, y dentro de ellos las anemias. A pesar que no se registra como motivo de consulta, contribuyen de forma directa o asociada a las principales causas de mortalidad infantil.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) estima que todos los años muere aproximadamente medio millón de niños menores de cinco años de edad, y el 27 % de estas muertes se debe a enfermedades infecciosas y a trastornos nutricionales, lo que representa más de 150 mil defunciones anuales de menores de cinco años en todo el continente americano.
 Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), exceptuando la etapa de recién nacido, la anemia es la presencia de valores de hemoglobina (Hb) inferiores a los 110 g/l para edades entre seis meses y cinco años, y la consecuencia fundamental del descenso de la hemoglobina es la disminución de la capacidad del transporte de oxígeno a los tejidos, no obstante, es necesario que la misma descienda por debajo de 80 a 90g/l para que se manifieste  clínicamente, constituyendo su signo cardinal la palidez cutáneo mucosa.
 Las anemias pueden ser ligeras, moderadas o severas, así como de instauración aguda o crónica y en dependencia de éstas serán las manifestaciones clínicas que presenten los pacientes. No obstante, se debe destacar que, finalmente, la mayor parte de ellas evolucionan presentando cansancio, fatiga, laxitud y debilidad.
La deficiencia de hierro es la causa más frecuente de anemia en la infancia y se ve favorecida por circunstancias propias de la edad o por factores de riesgo (depósitos escasos pre y postnatales, crecimiento acelerado, las infecciones, errores dietéticos, no lactancia materna exclusiva, no profilaxis con sales ferrosas en etapa de lactante, prematuridad, etc.) y que aumentan en gran medida su incidencia en relación al adulto.
Son numerosos los estudios nacionales e internacionales sobre este tema, sin embargo, a pesar de ello y de los esfuerzos del Programa de Atención Materno Infantil (PAMI), en las últimas décadas el país ha avanzado muy poco en reducir la anemia en los menores de cinco años de edad (6) y en la provincia Mayabeque no se reportan estudios anteriores, lo cual motivó la realización de esta investigación, para identificar los factores de riesgo relacionados con la anemia ferropénica presentes en este grupo de edad.
En Argentina la prevalencia de anemia no escapa a las causas anteriormente citadas. Según la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS) realizada en el 2005, el grupo poblacional más afectado involucra a niños de 6 a 23 meses. En relación a otros grupos poblacionales, por ejemplo, chicos entre dos y cinco años, la prevalencia nacional fue de 8.9%, con ligeras variaciones regionales.
En la edad pediátrica, los valores normales fluctúan, fundamentalmente en el primer año de vida, por el rápido crecimiento. La Organización Mundial de la Salud (OMS) definió el valor de hemoglobina y grupos etarios del siguiente modo: Niños de 0.5 a 4.99 años: 110 gr/litro. Niños de 5 a 11,99 años: 115gr/l, Niños de 12.00 a 14,99 años 125gr/mujeres menores de 15 años, no gestantes: 120gr/l, Mujeres gestantes: 110gr/l, hombres 130gr/l.
La OMS la considera como un problema grave de salud pública cuando existe alrededor de un 40% de prevalencia. La anemia ferropénica es la causa prevalente a todas las edades de la vida, menos frecuentes son la deficiencia de ácido fólico y vitamina B12.
LOS DISTINTOS TIPOS DE ANEMIA
La deficiencia de hierro a lo largo de la vida tiene relación directa con la cantidad recibida por el organismo y los requerimientos para mantener un balance. Factores como la baja ingesta de hierro por la dieta; alta ingesta de inhibidores; escasa ingesta de facilitadores; o alto costo o baja disponibilidad de alimentos ricos en hierro lleva a una absorción inadecuada.
En relación a la carencia de ácido fólico, es infrecuente dado que se encuentra ampliamente distribuido en los alimentos, pero se destruye por la cocción, quedando limitado a los síndromes de malabsorción, desnutrición severa, prematuros extrema o hemólisis crónica.
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Por su parte, el déficit de vitamina B12 en pediatría es infrecuente. Es importante remarcar que solo se encuentra en los derivados de origen animal y no es destruido por la cocción.

La importancia de la anemia como problema de salud pública depende de la seriedad de sus consecuencias sobre la salud. Produce en el niño deficiencia en el desarrollo psicomotor, mayor vulnerabilidad a las infecciones, retardo en el crecimiento físico, disminución de la capacidad motora.
En la embarazada produce mayor riesgo de muerte en el parto, retardo de crecimiento fetal, riesgo de prematuros, cansancio o apatía. Con respecto a los efectos perdurables del desarrollo psicomotor en el primer año de vida, estudios de caso control y longitudinales han demostrado efectos de la anemia diagnosticada y tratada al año de vida sobre el cociente de inteligencia y otras pruebas de rendimiento académico en niños de 5-6 años de edad. 
Los estudios neurofisiológicos (patrones de sueño, vigilia, potenciales auditivos de tronco cerebral) sugieren que los lactantes anémicos tienen una menor maduración del sistema nervioso central. El mecanismo subyacente sería la deficiente mielinización del sistema nervioso.
A pesar que no existen estudios poblacionales en niños que involucre la edad escolar, se infiere que las niñas en los últimos grados de la escuela primaria, que ya presentaron su menarca, tendrían una prevalencia del 19.99% (ENNyS), posiblemente con diferencia de acuerdo a la disponibilidad de nutrientes. Pero no es una población evaluada, tampoco los varones en este rango etario. Cabe destacar que también es un grupo poblacional, que comienza a presentar trastornos en la conducta alimentaria: anorexia, entre otros, a lo que se suma un grupo en progresivo ascenso, que por creencia rechazan los alimentos de origen animal, vegetarianos estrictos y veganos, con mayor posibilidad de presentar anemia por carencia de nutrientes.
Es importante de destacar que se ha comenzado a describir con mayor frecuencia en estos últimos años, anemia por déficit de vitamina B12 en lactantes hijos de madres veganas por el bajo contenido de B12 en la leche materna. Eso condiciona la anemia, pérdida de pautas madurativas y alteraciones neurológicas que no siempre restituyen ad integrum, con la reposición de la vitamina.
Se estima que más de 2 mil millones de personas en el mundo presentan déficit de hierro, más de la mitad está anémica y que la población infantil es más susceptible, por tener escasos depósitos y un crecimiento acelerado. Con el objetivo de identificar la presencia de factores de riesgo asociados a la anemia en niños de seis meses a cinco años de edad, en un Consultorio Médico de Familia (CMF) del municipio Güines, provincia Mayabeque, se realizó esta investigación. Se efectuó un estudio descriptivo, prospectivo, de corte transversal, del 1ro de abril al 30 de septiembre de 2013, con el universo de niños de este grupo de edad, pertenecientes al CMF No1 del Policlínico Docente “Luis Li Trigent” del referido municipio y provincia; y la muestra quedó conformada por 32 niños, a los que se les diagnosticó anemia. El 46,9 % de los niños de seis a 23 meses de edad presentaron anemia con ligero predominio en el sexo masculino (53,1 %).  Los factores de riesgo asociados más frecuentes en la muestra de estudio fueron: la anemia materna, 75 %; la no profilaxis a los niños con sales de hierro, 71,9 %; la no lactancia materna exclusiva hasta los seis meses de edad (65,7 %) y las infecciones, 81,2 %. La anemia ligera fue más frecuente, 90,6 %. Estos resultados permiten identificar la incidencia de factores de riesgo asociados a la anemia, paso previo para realizar acciones que los modifiquen.


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