LOS
ÚLTIMOS CINCO AÑOS A NIVEL NACIONAL
SOBRE LA
ANEMIA


Cabe indicar que, según la Organización Mundial de
la Salud (OMS), cuando la anemia en niños menores de 5 años es superior al 40%
en el promedio nacional, estamos ante un problema de salud pública. En el
Perú, durante los últimos diez años, la proporción de anemia ha sido mayor al
40%.
UN
TEMA DE SALUD PÚBLICA
La anemia es una enfermedad que se presenta cuando la hemoglobina en la
sangre disminuye por la deficiencia de hierro en el organismo (este elemento se
encuentra en alimentos como el pescado, la sangrecita de pollo y el hígado).
Afecta principalmente a gestantes y niños menores de 2 años, comprometiendo a,
largo plazo, su desarrollo y habilidad para el aprendizaje. Cabe indicar que el
año 2010 registró el mayor índice de anemia infantil a nivel nacional (50.3%).
(Ver cuadro)

UN
PROBLEMA DE VARIOS AÑOS

EN
LAS REGIONES
Según este reporte del INEI, las regiones que presentan
una mayor proporción de este mal son Puno (75,9%), Loreto (61,5%), Ucayali
(59,1%), Pasco (58%) y Madre de Dios (57,3%).
REDUCCIÓN
DE LA ANEMIA: UNA META QUE NO SE HA CUMPLIDO
En abril del 2017, el gobierno del entonces
presidente Pedro Pablo Kuczynski –a través del Ministerio de Salud (Minsa)–
publicó el “Plan nacional para la reducción de la anemia (PNRA) al 2021”.
El documento proponía como objetivo principal que
hacia el año del bicentenario (2021) la anemia infantil se debía reducir a un 19%.
Para el 2017, se proyectó como meta que pasara de 43,6% a 37,9%. No obstante,
los resultados de Endes demuestran que esto no se ha cumplido.
Los índices de
anemia en el Perú no solo son muy altos, sino que casi no bajan, lo que habla
de una dificultad muy grande del Estado para organizar una estrategia efectiva.
En los últimos cuatro años, por ejemplo, el porcentaje casi no se ha movido.
Oscila entre un 43.5 y 43.6% de niños entre 6 y 35 meses con anemia, lo que sin
duda es muy preocupante para el desarrollo de esos niños y del país.

Pero no es
imposible. Al final del gobierno de Alan García, el 2011, bajo la batuta del
ministro Luis Carranza en el MEF, gracias a la metodología de presupuestos por
resultados que se implantó en ese momento y que suponía un monitoreo muy
preciso de los programas estratégicos y un esfuerzo de coordinación
interministerial muy grande, se logró reducir la anemia a un
41.6%. “Lamentablemente desde el gobierno de Humala se desmanteló todo por
razones políticas”, nos dijo Carranza. En el siguiente gráfico podemos
notar el retroceso:

Sin
embargo, podría ser que estemos nuevamente recuperando la capacidad de
enfrentar el problema, porque si bien la cifra del 2018 es similar a la del año
anterior, en el segundo semestre la anemia cayó 5 puntos en relación al primer
semestre de ese año, como podemos ver en el siguiente gráfico:

En la medida en
que ese no es un patrón regular, podríamos suponer que se debió a las
políticas aplicadas luego de aprobar, el 2 de julio del año pasado, el Plan
Multisectorial de Lucha contra la Anemia que articula las acciones de 15
ministerios, regiones y gobiernos locales, y que cuenta con una Secretaría
Técnica y un Observatorio de Anemia a cargo del MIDIS.

CUADRO
Nº 18B: PORCENTAJE DE NIÑAS Y NIÑOS DE 6 A 35 MESES QUE CONSUMIERON SUPLEMENTO
DE HIERRO EN LOS ÚLTIMOS 7 DÍAS, SEGÚN SEMESTRE Y ÁREA DE RESIDENCIA, 2013-2018

Fuente:
Perú; Indicadores de resultados de los programas Presupuestales 2013-2018,
Endes, INEI
Pero el año
anterior, el 2017, también registró un incremento (aunque menor) en el
porcentaje de niños que consumió suplemento de hierro en el segundo semestre, y
sin embargo esto no se reflejó en una disminución apreciable de la anemia en
ese periodo. Entonces, o la estadística no es muy confiable o el
incremento el hierro no se consume todos los días de la manera adecuada. Es
esto último, porque cuando vemos la evolución de los últimos 6 años (ver
siguiente gráfico) constatamos que el porcentaje de los que consumen suplemento
de hierro viene aumentando, pero sin que la anemia caiga (lo mismo ocurre con e
CRED – ver anexo). Las madres no lo dan a sus hijos todos los días.
Vemos también,
además, que es relativamente bajo el porcentaje de infantes entre esas edades
que recibe suplementos de hierro. Es el 31.3% a nivel nacional, cuando la
anemia está por encima del 43%. Es decir, la cobertura es todavía insuficiente
(aunque ese 31.3% es en realidad más porque los niños no deben consumir el
suplemento ininterrumpidamente sino descansar 6 meses después de 12 meses de
ingesta). Pero cuando se desagrega por edades, se ve que un 55% de los infantes
que tienen entre 6 y 8 meses reciben suplementos, lo mismo que casi un 54% de
los que tienen de 9 a 11 meses, reflejando probablemente la decisión
estratégica del gobierno a partir del segundo semestre del año pasado de
centrar la campaña en los niños menores de un año.
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La tarea no es sencilla porque ahora se ha incorporado también a los niños de 4 meses, a los que se les da gotas de fierro. El asunto es así: la madre de un bebe de 4 meses recibe en la posta médica un gotero que debe durar un mes, pero luego hay que asegurarse de que le administre las gotas. Luego, a los 6 meses de edad, se les hace un tamizaje: al que tiene anemia se le da un jarabe y al que no tiene anemia una bolsita de micronutrientes, que también hay que asegurarse que lo consuman todos los días.
Según el Dr.
Gustavo Rosell, responsable de la lucha contra la anemia en el ministerio de
Salud (MINSA), a noviembre 2018 el 62.3% de niños de 12 meses de edad con
anemia habían iniciado su tratamiento a nivel nacional. Esa cifra podría ser
compatible con el 55% que da el INEI, porque este último porcentaje es un
promedio anual. Esto habría sido consecuencia de las 6 Jornadas masivas contra
la anemia que realizó el MINSA el año pasado. El siguiente gráfico,
elaborado por el MINSA, muestra como el tratamiento de la anemia (gotas o
jarabe) mejoró significativamente el 2018, particularmente en el segundo semestre:

VISITAS DOMICILIARIAS SEMANALES SON CLAVE
Según Rosell, 54%
de estos niños con anemia recibieron el año pasado alguna visita
domiciliaria, lo que es importante porque el problema que se presenta es
que las madres reciben las gotas o el jarabe (o los micronutrientes) y no
siempre se lo dan a sus hijos o no lo hacen con la frecuencia debida. Por eso,
las visitas a domicilio de los promotores por lo menos una vez por semana son
clave, y no es fácil porque suponen un gran despliegue de personas capacitadas
en el terreno, que es lo que no ha estado ocurriendo en años anteriores.
El MINSA informa
que el año pasado, sobre todo en el segundo semestre, se llevaron a cabo más de
29 mil visitas domiciliarias en 26 distritos de Lima Metropolitana (que es
responsabilidad directa del MINSA) a través de agentes comunitarios de salud,
estudiantes de salud y personal del ejército peruano. Hay que tomar en cuenta
que hay muchos más niños con anemia en las ciudades que en el campo: según el
MIDIS, hay 520,172 niños de 6 a 35 meses con anemia en todo el país, de los
cuales 376,397 están en las ciudades y solo 143,775 en el medio rural. (Nótese
que, para el MINSA, sin embargo, hay 602,443 niños entre esas edades con anemia).
Nelly Huamaní,
Coordinadora Nacional de la Lucha contra la Anemia del MIDIS, nos refiere,
además, que en el segundo semestre pasado se intensificó el servicio de
acompañamiento familiar en el domicilio que brinda Cuna Más, y que alcanza a
100 mil niños de las zonas rurales. Fuera
de eso, el MIDIS ha movilizado a 220,000 “líderes comunitarios”, que en
realidad son todos aquellos vinculados a los programas sociales, como las
socias de los comedores, los integrantes de los comités de alimentación de Qali
Warma en los colegios, las señoras que atienden las Cunas, los gestores de
Juntos y los Vachachik. Todo este ejército de personas recibe, por ejemplo,
mensajes de texto en sus celulares a través del programa MIDIS Te Recuerda, con
indicaciones en todos los temas vinculados a la anemia.
Este año el
esfuerzo se profundizaría. El Ministerio de Economía destinará 50 millones
de soles a 865 municipalidades distritales para que estas, junto con el MINSA,
seleccionen, contraten y paguen a promotores que realicen las visitas
domiciliaras. Generalmente son madres y lo que reciben es en buena cuenta una
propina.
PAPEL DE LOS ALCALDES
Entonces es
importante supervisar que todo ello se haga y en eso el papel de los alcaldes
es clave. El plan pretende movilizarlos para que exijan a las distintas
entidades, públicas y privadas, que cumpla cada una la tarea que les toca. Por
ejemplo, que el primer nivel de atención de Es salud y los establecimientos
privados hagan control de anemia y entreguen los suplementos, pues en lugares
como Lima esos sectores atienden al 50% de la población (en el interior mucho
menos). También deben supervisar que los propios establecimientos del
sector Salud estén haciendo los controles, visitando las casas y entregando los
suplementos. Los alcaldes incluso pueden destinar recursos adicionales a los
que recibirán del MEF o generar voluntariado para las visitas a las casas.
Y también que los
colegios estén cumpliendo su parte, porque el ministerio de Educación ha
dispuesto incluir el tema de la lucha contra la anemia en el currículum y se
han programado unas “Semanas de la Lucha contra la Anemia” en la primera semana
del mes de abril y la primera semana del mes de diciembre. En esas semanas
los profesores desarrollan proyectos junto con los alumnos sobre cómo prevenir
la anemia. Según el Dr. Rosell, el MINSA está trabajando “un plan conjunto con
MINEDU para ofrecer mensajes que promuevan la prevención y reducción de anemia
en los niños que cuentan con hermanos menores de 3 años”.
Lograr que los
alcaldes supervisen que todos cumplan su papel comienza por lograr que los
mismos alcaldes tomen conciencia del problema y sepan cuál es el índice de
anemia en sus distritos y se propongan metas de reducción. Para ese efecto, el
MIDIS tiene en su página web un portal con toda la información respectiva
distrito por distrito, donde entre otras cosas figura exactamente qué
porcentaje de anemia y desnutrición hay en cada circunscripción territorial. El presidente de la República podría jugar
aquí un papel de liderazgo para fomentar una competencia entre las municipalidades
del país premiando a las que avanzan más rápidamente en la reducción de la
anemia, y llamando la atención a los alcaldes indolentes. Podría darle la
forma de una gran cruzada nacional, que sin duda le ayudaría a reposicionarse
en la opinión pública.
De hecho, el
MIDIS otorgó el año pasado incentivos no monetarios (el Sello Municipal, una
suerte de certificación) a más de 600 gobiernos locales que cumplieron con la
meta de incrementar las sesiones demostrativas sobre preparación de alimentos
ricos en hierro, en las que participaron 57,415 familias. En esos casos la
municipalidad compra los alimentos y el personal de Salud hace la sesión
demostrativa, enseñando a preparar platos a base de sangrecita o de hígado, por
ejemplo.
El MIDIS ha
recogido experiencias de alcaldes han aplicado planes exitosos de lucha contra
anemia, que incluyen capacitación en el consumo de agua y lavado de manos, por
ejemplo, en un librito que ha sido distribuido a los nuevos alcaldes, con la
idea de infundirles voluntad política.
EL AGUA SEGURA
El tema de agua es
clave. Si el agua no es limpia, las enfermedades diarreicas anulan
cualquier suplemento ferroso que se dé. Hay un Fondo de Estímulo al
Desempeño que promueve la asistencia técnica de los gobiernos regionales a los
gobiernos locales para el mantenimiento de los sistemas de agua, que suele ser
un desastre. Se intenta que las Juntas de Administradoras de Agua municipales
establezcan metas para mejorar el mantenimiento. El sector Salud, por su parte,
realiza la capacitación en el hogar, aprovechando las visitas domiciliarias.
También por medio de la radio. Sólo el 2% del agua en el medio rural es
clorada. Hay que hervirla, pero cada 6 horas, porque luego de 6 horas se vuelve
a contaminar.
LOS ÚLTIMOS CINCO AÑOS A NIVEL INTERNACIONAL
SOBRE LA ANEMIA
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El
29 de junio de 2015, la Organización Mundial de la Salud compartió la Prevalencia mundial de la anemia en 2011. El
documento describe la estimación global de la prevalencia de la anemia en niños
en edad preescolar (6-59 meses), mujeres en edad reproductiva (15-49 años), por
estado del embarazo, por región y por país.
Las estimaciones
de la prevalencia de la anemia fueron elaboradas por el Grupo de Estudio Modelo
de Impacto en Nutrición (NIMS) para la anemia, una colaboración entre la OMS y
la Escuela Imperial de Londres, Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte
(RU). El estudio estuvo respaldado por la Fundación Bill y Melinda Gates y el
Consejo de Investigación Médica del RU.
El documento sirve
como recurso para calcular la prevalencia de referencia de la anemia en mujeres
en edad reproductiva y así trabajar para alcanzar los Objetivos Globales de la
Asamblea Mundial de la Salud. El segundo objetivo global es reducir un 50 % la
anemia en mujeres en edad reproductiva, como se detalla en el Plan de
Implementación Exhaustivo de Nutrición de la Madre, el Lactante y el Niño
Pequeño, aprobado por la 65° Asamblea Mundial de la Salud, en la resolución
AMS65.6.
La anemia, es definida por la
Organización Mundial de la Salud, como una condición en la que el número de
células rojas de la sangre, o de su capacidad de transporte de oxígeno, es
insuficiente para satisfacer las necesidades fisiológicas, que varían según la
edad, el sexo, la altitud, el fumar, y el estado de embarazo.
La causa más común a nivel mundial de
esta enfermedad, indica la OMS, es “la deficiencia de hierro, aunque otras
condiciones, tales como las deficiencias de ácido fólico, vitamina B12 y
vitamina A, la inflamación crónica, infecciones parasitarias y enfermedades
hereditarias pueden todos causar anemia”.
Es la segunda causa mundial de
discapacidad y uno de los problemas más graves de salud pública mundial, que
afecta a más de la mitad de los niños en edad preescolar y mujeres embarazadas.
ACERCA DE LOS
OBJETIVOS GLOBALES DE LA AMS 2025
Estos objetivos
globales fueron aprobados para mejorar la nutrición de madres, lactantes y
niños pequeños en la Resolución 65.6 de la Asamblea Mundial de la Salud 2012.
Los objetivos son fundamentales para identificar las áreas prioritarias para la
acción e impulsar un cambio global. El conjunto de seis objetivos globales de
nutrición centrales apunta a lograr lo siguiente para el 2025:
·
reducir un 40 % el número de niños menores de
5 años con retraso en el crecimiento (altura insuficiente con respecto a la
edad);
·
reducir un 50 % la anemia en mujeres en edad
reproductiva;
·
reducir un 30 % el bajo peso al nacer;
·
garantizar que no haya un aumento en el sobrepeso
infantil;
·
aumentar el índice de lactancia exclusiva en los
primeros seis meses hasta al menos un 50 %;
·
reducir y mantener la emaciación infantil en menos
del 5 % (peso insuficiente con respecto a la altura),
En la 68°Asamblea Mundial de la Salud en 2015, se acordaron
los indicadores para medir la nutrición entre las madres, los bebés y los niños
pequeños.
La anemia como síntoma
de otra enfermedad o como patología en sí misma es un motivo de consulta frecuente, tanto al pediatra como al
especialista en hematología pediátrica. Es vital tener en claro los valores
normales de acuerdo a la edad.
Se define anemia
en pediatría como el descenso de
la masa de glóbulos rojos: hemoglobina y hematocrito por debajo de los 2
desvíos estándar, de la hemoglobina media normal, adaptado a sexo y edad,
existiendo algunas diferencias de acuerdo a la altitud y ciertas condiciones
raciales.
Sus causas
son multifactoriales, pero
en general se encuentran relacionadas a la pobreza, falta de desarrollo, malas
condiciones económicas, escasos ingresos per cápita, desnutrición, etc.
Hay diferencias
regionales y geográficas y se asocian condiciones étnicas como prevalencia de
hemoglobinopatías hereditarias, infecciones intraeritrocitarias como la malaria
y la infestación con parásitos intestinales.
MÁS SOBRE: ANEMIA
En el mundo hay unos 842 millones de personas que no
disponen de una alimentación suficiente para cubrir sus necesidades energéticas
mínimas para llevar una vida activa y saludable, y en América Latina y el
Caribe los trastornos por déficit de micronutrientes persisten, y dentro de
ellos las anemias. A pesar que no se registra como motivo de consulta,
contribuyen de forma directa o asociada a las principales causas de mortalidad
infantil.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) estima
que todos los años muere aproximadamente medio millón de niños menores de cinco
años de edad, y el 27 % de estas muertes se debe a enfermedades infecciosas y a
trastornos nutricionales, lo que representa más de 150 mil defunciones anuales
de menores de cinco años en todo el continente americano.
Para la
Organización Mundial de la Salud (OMS), exceptuando la etapa de recién nacido,
la anemia es la presencia de valores de hemoglobina (Hb) inferiores a los 110
g/l para edades entre seis meses y cinco años, y la consecuencia fundamental
del descenso de la hemoglobina es la disminución de la capacidad del transporte
de oxígeno a los tejidos, no obstante, es necesario que la misma descienda por
debajo de 80 a 90g/l para que se manifieste clínicamente, constituyendo
su signo cardinal la palidez cutáneo mucosa.
Las anemias pueden ser ligeras, moderadas o
severas, así como de instauración aguda o crónica y en dependencia de éstas
serán las manifestaciones clínicas que presenten los pacientes. No obstante, se
debe destacar que, finalmente, la mayor parte de ellas evolucionan presentando
cansancio, fatiga, laxitud y debilidad.
La deficiencia de hierro es la causa más frecuente de
anemia en la infancia y se ve favorecida por circunstancias propias de la edad
o por factores de riesgo (depósitos escasos pre y postnatales, crecimiento
acelerado, las infecciones, errores dietéticos, no lactancia materna exclusiva,
no profilaxis con sales ferrosas en etapa de lactante, prematuridad, etc.) y
que aumentan en gran medida su incidencia en relación al adulto.
Son numerosos los estudios nacionales e internacionales
sobre este tema, sin embargo, a pesar de ello y de los esfuerzos del Programa
de Atención Materno Infantil (PAMI), en las últimas décadas el país ha avanzado
muy poco en reducir la anemia en los menores de cinco años de edad (6) y en la
provincia Mayabeque no se reportan estudios anteriores, lo cual motivó la
realización de esta investigación, para identificar los factores de riesgo
relacionados con la anemia ferropénica presentes en este grupo de edad.
En Argentina la
prevalencia de anemia no escapa a las causas anteriormente citadas. Según la
Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS) realizada en el 2005, el grupo
poblacional más afectado involucra
a niños de 6 a 23 meses. En relación a otros grupos poblacionales, por ejemplo,
chicos entre dos y cinco años, la prevalencia nacional fue de 8.9%, con ligeras
variaciones regionales.
En la edad
pediátrica, los valores normales fluctúan, fundamentalmente en el primer año de
vida, por el rápido crecimiento.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) definió el valor de hemoglobina y
grupos etarios del siguiente modo: Niños de 0.5 a 4.99 años: 110 gr/litro.
Niños de 5 a 11,99 años: 115gr/l, Niños de 12.00 a 14,99 años 125gr/mujeres
menores de 15 años, no gestantes: 120gr/l, Mujeres gestantes: 110gr/l, hombres
130gr/l.
La OMS la
considera como un problema grave de salud pública cuando existe alrededor de un 40% de prevalencia. La anemia
ferropénica es la causa prevalente a todas las edades de la vida, menos
frecuentes son la deficiencia de ácido fólico y vitamina B12.
LOS DISTINTOS
TIPOS DE ANEMIA
La deficiencia de hierro a lo largo
de la vida tiene relación directa con la cantidad recibida por el organismo y
los requerimientos para mantener un balance. Factores como la baja ingesta de
hierro por la dieta; alta ingesta de inhibidores; escasa ingesta de
facilitadores; o alto costo o baja disponibilidad de alimentos ricos en hierro
lleva a una absorción inadecuada.
En relación a
la carencia de ácido fólico,
es infrecuente dado que se encuentra ampliamente distribuido en los alimentos,
pero se destruye por la cocción, quedando limitado a los síndromes de
malabsorción, desnutrición severa, prematuros extrema o hemólisis crónica.

Por su parte, el déficit de vitamina B12 en pediatría es infrecuente. Es importante remarcar que solo se encuentra en los derivados de origen animal y no es destruido por la cocción.
La importancia de
la anemia como problema de salud pública depende de la seriedad de sus consecuencias sobre la salud.
Produce en el niño deficiencia en el desarrollo psicomotor, mayor
vulnerabilidad a las infecciones, retardo en el crecimiento físico, disminución
de la capacidad motora.
En la embarazada
produce mayor riesgo de muerte en
el parto, retardo de crecimiento fetal, riesgo de prematuros, cansancio
o apatía. Con respecto a los efectos perdurables del desarrollo psicomotor en
el primer año de vida, estudios de caso control y longitudinales han demostrado
efectos de la anemia diagnosticada y tratada al año de vida sobre el cociente
de inteligencia y otras pruebas de rendimiento académico en niños de 5-6 años
de edad.
Los estudios
neurofisiológicos (patrones de sueño, vigilia, potenciales auditivos de tronco
cerebral) sugieren que los lactantes anémicos tienen una menor maduración del sistema nervioso central. El
mecanismo subyacente sería la deficiente mielinización del sistema nervioso.
A pesar que no
existen estudios poblacionales en niños que involucre la edad escolar, se
infiere que las niñas en los últimos grados de la escuela primaria, que ya
presentaron su menarca, tendrían una prevalencia del 19.99% (ENNyS),
posiblemente con diferencia de acuerdo a la disponibilidad de nutrientes. Pero
no es una población evaluada, tampoco los varones en este rango etario. Cabe
destacar que también es un grupo poblacional, que comienza a presentar
trastornos en la conducta alimentaria: anorexia, entre otros, a lo que se suma
un grupo en progresivo ascenso, que por creencia rechazan los alimentos de
origen animal, vegetarianos estrictos y veganos, con mayor posibilidad de presentar anemia por
carencia de nutrientes.
Es importante de
destacar que se ha comenzado a describir con mayor frecuencia en estos últimos
años, anemia por déficit de
vitamina B12 en lactantes hijos de madres veganas por el bajo
contenido de B12 en la leche materna. Eso condiciona la anemia, pérdida de
pautas madurativas y alteraciones neurológicas que no siempre restituyen ad
integrum, con la reposición de la vitamina.
Se estima que más de 2 mil millones de personas en el
mundo presentan déficit de hierro, más de la mitad está anémica y que la
población infantil es más susceptible, por tener escasos depósitos y un
crecimiento acelerado. Con el objetivo de identificar la presencia de factores
de riesgo asociados a la anemia en niños de seis meses a cinco años de edad, en
un Consultorio Médico de Familia (CMF) del municipio Güines, provincia
Mayabeque, se realizó esta investigación. Se efectuó un estudio descriptivo,
prospectivo, de corte transversal, del 1ro de abril al 30 de septiembre de
2013, con el universo de niños de este grupo de edad, pertenecientes al CMF No1
del Policlínico Docente “Luis Li Trigent” del referido municipio y provincia; y
la muestra quedó conformada por 32 niños, a los que se les diagnosticó anemia.
El 46,9 % de los niños de seis a 23 meses de edad presentaron anemia con ligero
predominio en el sexo masculino (53,1 %). Los factores de riesgo asociados más
frecuentes en la muestra de estudio fueron: la anemia materna, 75 %; la no
profilaxis a los niños con sales de hierro, 71,9 %; la no lactancia materna
exclusiva hasta los seis meses de edad (65,7 %) y las infecciones, 81,2 %. La
anemia ligera fue más frecuente, 90,6 %. Estos resultados permiten identificar
la incidencia de factores de riesgo asociados a la anemia, paso previo para
realizar acciones que los modifiquen.
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